El Arte es un lugar sin nombre. Nadie se apropia de su territorio aunque por momentos se tenga la certeza de comprar un sitio.

La trampa que nuestra sociedad le tiende al actor a través del reconocimiento social, hacen que la codicia y el narcisismo se perpetúen como grandes valores, negados en el discurso pero instalados como normas de vida. Solo valemos para la profesión si somos reconocidos. El reconocimiento vale una vida.

¿De donde deviene que la obtención de ese reconocimiento, por ejemplo un Premio Oscar es un valor en si mismo?

La meta, lo que se idealiza como sitio al que llegar, es mas que nada un invento que acaba devorando lo mejor de los ideales. No por ser más premiado se es mejor actor, ni mejor persona.

Su trascendencia tanto la moral como la objetiva por lo que tiene de proporcionar trabajo, apoyan la satisfacción narcisista de los premiados.

Todo se funda en una aristocracia artística anacrónica y acaba siendo una arbitraria apropiación de valores que han pasado del Arte al liberalismo, aspecto que no contempla el valor intrínseco del arte como algo imposible de comprar o vender, por mas ropajes de Armani que se pongan los premiados.

Lo que se compra o se vende es el individuo que mercantiliza un producto y lo hace pasar de la intangibilidad de lo creativo a lo tangible de un objeto que se puede poseer.

 

Un lugar con nombre.

El cuerpo tiene nombre. Y la palabra que lo nombra no tiene significado. Tiene el sentido que el que actúa logra descubrir.

He dicho en alguna entrevista que actuar es soñar con el cuerpo. Me hago cargo de lo dicho.

Cuando se sueña nos permitimos todo, sin sentirnos culpable de nada. La culpa viene después, al despertar.

La vigilia nos hace culpables de fracasar por lo que no supimos hacer o de tener éxito por lo que hacemos contra los demás.

Actuar para no despertar. Eso tiene que ver con el Arte.

A veces deambulo por los laberintos o las sombras de algunas promesas. Las de Beckett. Las de Kafka. Las de Nietzsche.

Por eso mismo me gusta vivir en el país del Quijote. Aquí, me llama la inmensa llanura que ilumina las cosas del hacer y del pensar. La aventura de un Quijote me impulsa de otra manera.

Quizás Michel Foucault lo haya dicho todo al respecto. “La escritura y las cosas ya no se asemejan. Entre ellas, Don Quijote vaga a la aventura”

¿Algo más necesita entender un actor?

 

 

23 comentarios

  1. El premio es que la gente siga queriendo cabalgar con uno a lomos de un caballo desbocado de pasión y carente de rumbo, el premio es que todos vengan con herraduras de repuesto por si el caballo cojea, el triunfo es que deseen sentir su montura y entre todos domarlo lo suficiente para cabalgarlo libres. Aunque no te engaño si te digo que si en algunos casos, los premios son económicos a mi no me importaría comprarle un establo para que el caballo siga pudiendo correr más y más rápido, en vez de tenerlo bajo la lluvia demasiado tiempo.

  2. hermoso texto Jorge

    creo que hay que diferenciar el re conocimiento del actor por un público sincero y otra cosa que no es el reconocimiento, sino complejos narcisistas y económicos.
    nada mas triste ( o merecido) lo que ha ocurrido con algunos actores y sus premios

    Guillermo kozameh

  3. uf….que decir maestro…toda una vida,todo un sistema,ser quijotes sólo nos salva al menos espiritualmente.Como ideal filosófico excelente.Cómo realidad contra la que avanzar día tras día…bue,en esa estamos y seguimos y seguimos y seguimos,en un país,en una ciudad donde la importancia del nombre devendrá de mas o menos alumnos,mas o menos público,mas o menos credibilidad…de algo hay que vivir.Mientras tanto sigo en la quijotesca aventura de creer que es posible,pero cuando las energías se agotan,cuando las neveras se vacían,cuando hay que sacar fuerzas quijotescas para seguir siempre seguir…es cuando la filosofía se hace añicos contra una realidad mucho mas dura de digerir con culpa o sin ella…
    total el fracaso y el éxito es una vara que medirán los demás siempre los demás….pero seguimos remando no sabemos hacer otra cosa..y si a eso no le llamo éxito entonces si estaría desvariando,remar y seguir a pesar de todo,la paciencia del descubrimiento…otra vez la vida y la técnica de la mano…¿será eso lo de la ética? abrazo enorme querido Maestro.

  4. GRACIAS, INMENSAMENTE AGRADECIDO POR ESTAS PALABRAS DE JORGE QUE ACTIVAN Y ENNOBLECEN ESTE LATIR ELEMENTAL DEL TEATRO.

  5. claro que había pasado por alto que hoy era el gran día en el que se supone se premia la labor….no vi los premios,me olvidé,no lo creía importante,no los vi…bueno casi nunca los veo…la verdad me aburre horrores!!!!!!!!!!!!!querrá decir algo eso???

  6. Seguramente cuando los Estados garanticen trabajo a sus actores y artistas como lo garantizan o ayudan a garantizar a otros trabajadores y podamos dedicarnos a crear sin tener que vivir de otros trabajos y pensar como vamos a comer, cuando no tengamos que perder dinero!!! para trabajar en nuestro arte (cosa que nadie que no sea artista hace) seguramente ese reconocimiento narcisista y estúpido pase a segundo plano.

  7. El problema de querer trascender en una sociedad tan mediatica…
    La moda nunca fue amiga del arte… no entiendo porq hay tantos actores intentando que se vuelvan amigos…
    Abrazos Jorge…

  8. Tema actual, más actual que nunca. ¿Dónde están los límites? Parece que el arte encontró un gran aliado en la moda. O al menos así lo creyó durante un tiempo. Ahora, es la moda quien utiliza al arte para sus fines.
    En cuanto a los actores… Los actores prefirieron sacrificar a la persona por la personalidad, la personalidad mediática. El oficio, en esas altas esferas, ya no se trata de construir personajes, sino de suplantarlos con la propia persona y luego reemplazar a la persona por la personalidad pública.

    Reflexiones que me generan tu propia reflexión, Jorge.

    FELIPE BOTERO RESTREPO

  9. Bien amigo bien! Los premios se han confundido con las recompensas; se han confundido los oropeles sociales con el reconocimiento propio y ajeno. Reconocernos como buenos no nos incapacita para añorar ser mejores y no quedar atrapados en el sometimiento narcisita que implica un premio. No es la humildad (otra forma de soberbia) sino la ética de la coherencia la que nos permite salir de la trampa del reconocimiento social. Por desgracia se aprende tarde y muchas veces nunca que atendemos a demandas ajenas, a las expectativas de un otro que se le supone te autorizará, te legitimará, reconocerá… y nos llega la muerte sin saber algo de nuestro deseo de lo que queremos- Bien amigo, bien!

  10. Este es un sistema tan hábilmente diseñado que nos engaña haciéndonos creer que sólo es actor áquel que entra en esa parafernalia de alfombras rojas, firmas, premios y un sin fin de «golosinas» capaces de comprarnos si lo permitimos. Es legítimo querer ser reconocido, pero dudo que el deseo de ser actor anide en ese lugar y si así fuera, deberíamos de cuestionarnos algunas cosas por respeto al arte.

    Personalmente me interesa ese lugar que voy descubriendo en cada ensayo, un espacio sagrado, donde no existe ley, ni juez, ni dogma, ni premios ni reconocimientos, un rincón íntimo que nadie nos puede robar, donde habita la imaginación, la magia y en definitiva la felicidad, creo vislumbrar que únicamente allí se aloja el actor y ese es el premio, nada más y nada menos.

    Hace frío en la alfombra roja y yo me muero de calor en ese lugar sin nombre.

    Gracias maestro por mostrarme el camino.

  11. Estoy absolutamente de acuerdo. Pero en este mundo tonto en el que vivimos es muy difícil no caer en las trampas de ese éxito mediocre. Porque también para crear, para estudiar, para tener un hijo se necesita dinero. No mucho, es verdad, pero ese dinero sería justo ganarlo con nuestro trabajo y no teniendo que hacer otra cosa que además de no gustarnos nos quita tiempo para crear. El éxito del Óscar es una boludez pero la verdad es que a mi me encantaría ser conocida como Cate Blanchett para trabajar en la increíble Blue Jasmine que hizo Woody Allen. Y la triste realidad es que si no sos conocido y exitoso, las oportunidades que tenés de trabajar son mínimas. En tres años que llevo en España sólo me convocaron para un sólo casting de cine y me informó de él un amigo actor. Además fue un casting abstracto porque fue por internet. Y el otro casting que hice fue el del «Hijo puta del Sombrero» en el que fui elegida y donde estuve ensayando un mes sin que me pagaran y trabajando tres meses haciendo SIETE funciones por semana para ganar 500 euros por mes. La verdad es que no llegaba siquiera a pagar el alquiler con ese dinero. Claro que uno también puede crear sus proyectos pero a mi me gustaría simplemente ocuparme de actuar, que con eso ya tengo bastante, y no tener que pensar en ponerme a escribir un guión, producir, dirigir, etc para poder interpretar en una película digna.
    Por suerte existe un señor llamado Jorge Eines, que es bastante conocido, no sé si exitoso ( creo que a los Óscar no fue…) que dirigió una obra llamada «1941. Bodas de Sangre» que me volvió loca, loquísima; con una actriz, una tal Bea, entre otr@s, que no tiene nada que envidiarle a Cate Blanchett. Y a ese señor, yo tengo la suerte de conocerlo, es más, da clases de interpretación y yo estudio con él. Lamento un poco que no vaya a los Óscar porque si así fuera mucho pelotudo vería lo que hace él y su gente y serían un poco menos boludazos de lo que son. Pero bueno, así está el mundo.

  12. Ojo con las pasiones que llevan al sometimiento y al vasallaje más furibundos, son muchas veces tributarias o al final sobreviene la decepción; la admiración ha de ir de la mano de la libertad, de la discrepancia, de la crítica. Si alguien piensa que solo unos pocos son los elegidos, los escogidos, los que poseen la verdad y encima tienen un «maestro» al que emular y adular…eso ya lo vivimos hace 2000 años y la jodimos bien jodida. Admiro y quiero a Jorge como amigo-hermano y hermano-amigo que es…pero me cago en todo lo que pueda tener con sacralizar su figura: Si eso es así, algo hiciste como la puta mierda mi adorable y entrañable amigo. Cuando Lacan empezó a ver que L?Ecole se estaba conviertiendo en una institución sacralizada…pronunció la frase maravillosa: «Tal es la SOLUCIÓN: DI-SOLUCIÓN.» Querido amigo nos conocemos desde la eternidad y te digo que no permitas que los grupos de elegidos destruyan lo que entre todos fuisteis creando en torno al teatro, el arte…la vida.
    Por supuesto que entre la gente de los Oscar hay actores y actrices maravillosos, hay gente consecuente y coherente! y por lo mismo, entre los alumnos de todos los Jorges del mundo hay actores y actrices pésimos y que ansían no la formación, sino la fama…yo he conocido a varios en ambos grupos…y eso qué? Los sabios, como dice un proverbio chino, siempre quieren aprender, pero los necios solo quieren enseñar.
    Mi admiración, mi respeto y mi apoyo (nunca incondicional, siempre crítico) a esa Escuela de interpretación porque me une a ella no solo mi concepción del arte y la vida, sino espacios de afectos que comprometen, ya de hecho, mi existencia: queridos Jorge, Carmen y todos los que lo habéis sacado adelante…gracias por vuestra insistencia y coherencia.
    NO, efectivamente, no creo en Dios, en ningún Dios

  13. Hermoso Jorge! Tan compartido…título de tu próximo libro…Soñar para actuar ó Actuar para soñar . Es todo nuestro premio, irremplazable, hacer teatro. Para mi, entre los papelitos de agradecimiento esta seguro el nombre de mi querido y respetado amigo y maestro Jorge Eines.

  14. Los hombre creen que lo que imaginan ha de convertirse en realidad. Las mujeres imaginamos porque percibimos que la realidad es dura. Y el cuerpo lo sabe.

  15. Sostener lo que se cree, sostener lo que uno cree arte, sostenerse parado como un Quijote a veces maltrecho…a veces dolido. Sostener la utopía como banderas o luciérnagas en este mudo que vivimos, en este sistema que no sabemos si lo quisimos pero aquí estamos. Sostener la convicción de lo que uno hace, crea, entrega…..esa es la verdad y la razón del Arte. Realmente el Quijote pagó un alto costo por salir en busca de sus ideales, pero salió a la aventura, se aventuró a la vida, jugó su propio sueño.

  16. Quizá soy muy joven y aun tengo mucha esperanza , pero hoy por hoy me he comido la ansiedad del «triunfo», me gusta lo que hago y como estoy empezando a entender como se hace. Encontrarnos con lo que somos y trabajar primeramente para ser felices con el arte es mucho mejor que tener un Goya o un Jaguar …eso son bienes materiales y mi casa es muy pequeña para almacenarlo todo y tampoco me interesa comprar una mucho más grande, en cambio mi cuerpo, el que habito tiene un mundo que descubrir y eso para mi es triunfar.

  17. No todos los actores están dispuestos a ir mas allá de ellos mismos, a encontrar un nuevo lugar, porque tener el control es más que conocerse. Actuar para terminar de hacerlo, o actuar para que no se termine. Actuar para mi o actuar para todos. ¿que tan dispuestos estamos a enfrentar a la comodidad?, o es que solo nos basta con pertenecer.
    Seguimos buscando lo con confianza de que podremos encontrar algo tan maravilloso que todavía no sabemos bien qué es.

  18. Estos textos, y tantas otras tardes, me hacen recordar que caí un día en este blog porque andaba buscando el significado de imaginar. Aún no lo encontré, pero sé que encontré por dónde tirar y, parafraseando al hidalgo caballero: Yo sé muy poco, y diría, y está muy puesto en razón que la desesperación no puede ser valentía.

  19. Yo entiendo la necesidad de reconocimiento como una motivación para seguir adelante. No hablo de los premios, sí del reconocimiento a una labor hecha. Hacer lo que uno hace lo mejor que se pueda y no hacer lo que no se pueda.
    Jorge, como siempre, gracias. Soy actriz, sigo aprendiendo y eso me hace feliz. Una parte de ello te corresponde. Bss.

Responder a José Luis Mellado Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *