Martes 31 de diciembre. Cultivar el asombro.

Miércoles 1 de enero. 2020. Los Mareados. Con Claudio y Lucas ya sabemos algo más de donde está el sentido. Soy horrible cantando mi tema preferido. Pero canto. Y Claudio no se asusta.

Jueves 2 de enero. No se atrevan a pedirme que no quiera a mis alumnos si no cumplen las expectativas que el mercado tiene para ellos.

Viernes 3 de enero. El pasado. Ese lugar en el que todo se disuelve.

Domingo 5 de enero. La política española rechaza lo culto. El saber cómo cultura. Lo desdeña. A más instrucción más capacidad de crítica y más oposición al que en ese momento tiene el poder.

La técnica supone tener fe en un milagro. Crear un personaje allí donde no había nada.

Lunes 6 de enero. Su voz desde Madrid. Desde el escenario. En un ensayo o sentada frente a mí en el salón de casa. Hay una verdad sonora que es afecto. Es risa. Es entender la distancia como otra forma de respeto.

Martes 7 de enero. La mirada de un perro. Durruti mira. Recuerdo en Buenos Aires la mirada de un perro que vive en Madrid.

Miércoles 8 de enero. Leer ayuda a esperar bien. En el bar. En la cama al iniciar el día. En el metro. Leer el teléfono es la espera ansiosa. La esperar que dice: ojalá alguien tenga algo que decirme.

Jueves 9 de enero. El olvido. Conrad. Nabokov. Saer. Berlín. Stendhal. Benedetto. Melville. Turgueniev. Muñoz Molina. Munro. Aira. Borges. Asimov. Bronte. Chejov. Cortázar. Rolland. Woolf. Piglia.  Y más y más y más…

El fuego es una reacción química. El Teatro también. Sigamos golpeando piedras.

Viernes 10 de enero. Si la mirada al ombligo es la norma se va destrozando el valor de lo colectivo. Hay millones de descartes diarios de lo humano. Se va acumulando basura humana. Los que buscamos el bienestar no somos culpables de nada. Eso sí, mientras tanto se van agotando las reservas naturales. También las humanas.

Sábado 11 de enero. Delirar. Salirse del camino. De la huella. Eso debería ser un ensayo. Delirar. La Etimología latina.

Domingo 12 de enero. Me quedan cosas por vivir. No excluyo lo que no podré narrar. El instante de la muerte.

No actúes el subtexto. El te buscara a ti. Dale tiempo.

Un director le dijo a una actriz. Si no esta en el texto no esta en ningún lado. Eso es clavar cuchillos en la técnica y sepultar al mismo tiempo el talento de esa actriz.

Lunes 13 de enero. Hay quienes siguen sin comprender. Hay cosas que funcionan mejor si son pequeñas. El paradigma que confunde cantidad con calidad los persigue y no logran esquivarlo.

Martes 14 de enero. El Teatro ya no puede expandirse ni como literatura dramática ni como espectáculo. Es el momento de habitar lo teatral casi como una demostración de rechazo al modelo de supervivencia propuesto por la sociedad.

El delirio del personaje es legitimo porque la técnica lo autoriza a volverse loco.

Miércoles 15 de enero. La equis interroga mi deseo. Es el lugar donde se manifiestan las pasiones tan geométricas de Spinoza. Una relectura del cuerpo y del espíritu.

Jueves 16 de enero. Es imposible para mi imaginar lo que piensa una tortuga. Sin embargo soy capaz de pensar si puede haber vida o no en Marte.

Viernes 17 de enero. El regreso a Madrid. Uno más. Cuando la voz hace de piel y uno sabe que ahí se la juega. Estoy aquí.

Sábado 18 de enero. Reencuentro, La Octava Vida. Nino Haratischwili. A veces me hacen falta novelas así.

Lunes 20 de enero. Esta civilización se desmorona en proporción al crecimiento de la injusticia. Lo ético inherente a lo humano no debería aguantar esa contradicción.

Martes 21 de enero. Los que ensayan. Un saber que ocupa lugar.

Miércoles 22 de enero. El cuerpo como gran licuadora.

 

 

7 comentarios

  1. A veces mi cuerpo en el presente se olvida de quién soy, o más bien «fui».No nos ponemos de acuerdo de cómo afrontar el futuro y me resisto a borrar el pasado por mucho que manche el papel…Los recuerdos se entrelazan con la voluntad y miran asombrados el vacío presente , al abismo, encaminados a saber dónde…Creo que soy lo que fui y no me reconozco en el espejo…Y espero la reacción, espero. ..

  2. Me gusta lo de delirar, como metáfora, delirare: «salirse del surco del arado» vaya que sí, que el ensayo debe ser eso. Que el arte va tambièn en esa tensión. Salirse del camino. Tal vez, tal vez para trazar nuevos…
    Tiempos también de delirar, es bueno, es un poco andar a contramano de todo lo que si-debe-ser- como está instituído. Pero por suerte se puede tomar atajos, hacer caminos nuevos. Mirar con ojos y pies nuevos. Algo así como un peregrinaje

  3. Un camino que no sea el ya transitado. Eso que me llama es el mismo delirio que deberia llamar a la gente de una profesion que se arruga cuando debe atreverse a delirar.

  4. Cuando algo se une a algo a través de la mano, ni siquiera tocando, llaves en mano.
    Como saludando con un canto, no por mostrar si no por resonar a la par.

    La separación puede unir mas, siempre con comunicación y humorismo soplando al aire entre labios pasados,
    y acciones del presente.

    El metedo me habla y dice que esta cansado y, con el tiempo, tiene las escenas contadas.

    Aprendido del pasado, algo mas interesante esta rondando, en donde seguir remando y creando.

    Abrazo y beso maestro

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