Jueves 25 de mayo.

Cuando era pequeño nos ponían la escarapela. Era el día de la patria. ¿Cantas patrias tengo ahora? Ahora que no creo en las patrias. ¿Cuántas tengo?

Domingo 29 de Mayo.

La renuncia. No quiero dirigir La Higuera. No puedo conciliar con el autor. Lo que yo esperaba de los ensayos está muy lejos de lo que Mario P. desea que hagamos. He llegado hasta aquí. El Che nacerá de nuevo junto a Fabián A. Y Miguel B. Algo de lo que he perdido volverá nacer.

Domingo por la tarde. Día triste antes del cole. Sin embargo, viene Arnoldo G. con su mujer. Con el soportábamos las tardes de Domingo cuando al día siguiente todo volvía a empezar hasta que el sábado por la mañana nos convertíamos en Defensores del Norte. El mejor defensor Ferrería y el mejor delantero Gormaz, me protegen para siempre.

Sábado 10 de junio.

El tiempo sin escribir es un tiempo lleno de peripecias, de esas que la realidad se ocupa de generar para que uno crea que el problema es del orden de lo real.

Domingo 11 de Junio.

Le escribo a Agustin L. Un actor tan lleno de opciones que las tira por la ventana. No puedo tolerar que su superyo le haga trampas y él no las detecte.

Las clases a punto de concluir. Siempre cerca de mis alumnos a veces me pego tanto que no veo. Me rehago. Conozco el síntoma y lo tolero. Me reacomodo y puedo quererlos y seguir viendo lo que tengo que ver.

Diariamente pienso en Fede. Cuando el vínculo era más tangible no me ocupaba tanto de él. Quizás esa sea la razón de la distancia. Tener más hijo. No creo que sea muy importante cenar o no cenar con él. Eso lo impone lo social. ¿Lo nuestro que es? Prefiero pensar que estamos tratando de descubrirlo. Ojalá sea así. A él debe servirle todo esto porque no estaba en los planes de nadie. Eso me parece bueno.

¿Alguna vez me dolió una mujer en todo el cuerpo?

Cristóbal P. desde Colombia. El humor es por ahora, la mejor versión que conozco del amor. Por lo menos entre los hombres. John V., Jaiver J. Algunos hombres colombianos saben del humor y por eso saben del amor.

Peer Gynt en Medellín. Me ocupa. Me concierne. Me interpela fuerte.

La charla telefónica con Carlos T. me instala en la melancolía del Domingo. Hablamos de Goyo. Algo debería ocurrir cuando vuelva a su casa. ¿Qué? No concibo que no lo llame la palabra. Esa palabra escrita que lleno su vida de ese algo que tenía que escribir o decir a un alumno. Ahora todo eso no está. Como la muerte. Ahora está. Ahora no está. Nadie me lo explica.

Lunes 12 de Junio.

No comprimir el juego, sino liberarlo buscando la mayor libertad. Creando espacios para la acción desde la posesión, ensanchando el escenario, apostando por los espacios vacíos y encontrando al compañero allí. Conseguirlo con una armoniosa mecánica será más trascendente que los resultados que a la larga surgirán. ¿Actuar? ¿Jugar al futbol?

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