Sábado 6 de enero. La muerte y el sueño no se comparten. Nadie muere por otro. Nadie muere por ti Mariasun.  Carmita. Piñón. Eduardo. Celso. Camila. Lo entendimos.

Los dioses de la rentabilidad financiera y burguesa no acaban de seducirme. Soy un poeta que ama los actores. A veces la lucidez me persigue, pero nunca me atrapa. Mala suerte.

Lunes 8 de enero. Hombre- mujer. Marido- esposa. Fiel-infiel. Cuidadores de la nada. No me puedo soportar pensando que algo de esa espiritualidad me pertenencia. Como si fuera necesario un suicidio retrospectivo para poder limpiarme de toda esa mierda social, cultural y política.

Este diario me esta salvando de buena parte de mi mismo. Busco una honestidad que no se si tengo. Por lo menos lo intento.

Domingo 7 de enero. Cada momento de vida es un momento de vida. Nada mas.

Martes 9 de enero. – En 1990. Escribo y dirijo A lo Mejor Mujer. Carmen Vals y Carmen Pardo. En Ensayo 100 donde ahora esta Salvador Bachiller. Coloquio al acabar la obra. “Lo único que lamento es que esta obra la haya escrito un hombre”. Una feminista de hace 28 años. Vino al Teatro con Lidia Falcon. Camila, mi hija, aún no había nacido.

Tango. Roberto Goyeneche, garganta con arena.  Escucho a Adriana Varela mientras leo Anima de Wajdi Mouawad, sabio consejo de John Viana.

Miércoles 10 de enero. Me escondo. Me escapo. Me encierro en mi cuarto. Necesito leer para recluirme en palabras.Morir leyendo no es una mala opción.

La aventura es dirigir. Un ensayo. Cada vez se menos lo que va a pasar y cada vez me gusta mas no saberlo.

Jueves 11 de enero.  Cuarenta años mas tarde una parte mía sigue en el exilio. Ese día el camarero del Savol me decía. “Váyase a su tierra”. Noviembre 1980.

Desde Alsina y Cordero. Mi cancha, la del Rojo hasta aquí había un precipicio. Menos mal que Gaby y Uri están saldando cuentas con mi historia. Con mi tierra.

1990.Juanjo Granda dice en un Claustro de la RESAD. “Es que los argentinos tienen gran facilidad para hablar muy bien”. Le contesto. No sabes Juanjo cuantas horas del día de lectura necesito para poder hablar así.

2000.Camino por la Gran Vía. Se cruza conmigo Juan Cruz. Me saluda y como no recuerda mi nombre, le dice a la persona que iba con él. “Este es el amigo de Jorge Valdano.”

Viernes 12 de enero. Hay algo que tiene que ver con la humildad. No la tengo. En muchos momentos estoy desbordado por la opinión que tengo de mi mismo. ¡Un fenomenal desastre de carácter ideológico!

Carlos Bolívar me sugiere una película. El arte de la amistad. En vena. Así la veo. Así la recibo.

Sábado 13 de enero. Un frio horrible. La malaria como lo aprendí con Kapuscinski. Tres horas bajo tres mantas y me recupero.

Mi trabajo no es un medio para conseguir nada. Es un propósito en sí mismo. El que trabaja conmigo lo toma o no lo toma. Ya es su problema. No el mío.

Si se descubre la alegría de aprender yo descubro la alegría de enseñar.

 

2 comentarios

  1. Jorge: Trabajar con vos de la manera que sea, en la escena o desde la producción de un seminario, es sin duda una aventura, un desafío de búsqueda a sí mismo y de reconocimiento a un hombre que guía con la fuerza de la palabra que busca ser acción.

  2. Un revancha contra los que piensan arte como una mercancia mas del mercado. Poco gente escucha pero hay que seguir diciendo hasta que alguien escucha.

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