Martes 13 de marzo.  El Trinche. Cuando yo tenía 12 años, jugaba al futbol con los amigos. Defensores del Norte se llamaba nuestro equipo. Estábamos en el Circuito KDT, estábamos rodeados por ciclistas. La pelota se fue hacia la pista y yo detrás de ella. Me atropellaron todos. Incluido el pelotón. Magullado. Dolorido. Semi ausente seguí jugando un rato. Cuando me metieron un gol me fui solo para mi casa. El Trinche fue escrita y será representada porque el niño que alguna vez fui, sigue amando el futbol que jugaba. No el actual, que me apasiona igual, pero donde detecto que los recursos morales han sido despreciados por la especulación financiera. Arrigo Sachi tiene razón. Es más fácil educar un pie que una cabeza. Por eso tanto estúpidos juegan al futbol incluso ganan Campeonatos del Mundo o Copas de Europa.

Paul Breitner. “En mi época planteábamos los partidos en función del contrario, sin derecho a producir ideas, sin libertad. Esa forma de ver el juego duró hasta el año 2000. Ahora los jugadores son más libres y más responsables. No solo se responsabilizan de contrarrestar al rival sino de controlar lo que sucede en una zona del campo y en cada momento del partido. Los jugadores deciden cuándo acelerar, cuándo contemporizar, dónde y cómo defienden.”  Hoy en día el Trinche podría ser fiel a su deseo más profundo:  jugar.

Puede ser que el Barsa gane unos cuantos títulos este año. Es muy probable que a pesar de eso yo me aburra bastante.  Con Johann Cruyff ganamos o perdíamos cinco a cuatro. Me gustaba más.

Miércoles 14 de marzo. En España el Teatro es de los otros. Una reliquia bastante incomoda que hay que tolerar. A lo sumo respetan algo que no les pertenece. ¿Para que se necesita eso si ya tenemos la televisión?

Voy en tren. Dos mujeres de menos de 30 años conversan. Escucho. Una le cuenta a la otra que se ha separado de su novio. “No estábamos muy bien y el empezó a hacer cosas raras. Se le dio por ir al teatro” Eso dijo. Eso es el Teatro.

Stephen Hawking. Murió. ““El peor enemigo del conocimiento no es la ignorancia, es la ilusión del conocimiento”.

Jueves 15 de marzo. Hay gente que ensaya y actúa. Hace Teatro. Es gente muy profesional. No es ridículo suponer que proponen sobrevivir de otra manera. Son transgresores con el modelo. Se les quiere hacer creer que tienen que ser culpables porque no ganan dinero. Se los quiere considerar basura improductiva.

Voy en Metro. Miro y me miran y somos fauna y territorio. Cada vagón esta siempre por explotar. Algo tan social como inhumano esta por reventar.

Sábado 17 de marzo. Manifestación. Blindar las pensiones en la Constitución. La madurez me atrapa con los pelos al viento y el deseo de inventar cosas imposibles. Cada uno blinda lo que puede con sus ganas de morir en combate. La calle y los escenarios. Mis límites territoriales.

Lunes 19 de marzo. Si la obra de Arte  significa algo metafórico y realista,  es mercancía. En cambio, si no se identifica con la sociedad es capaz de denunciarla. Por eso la derecha siempre nos pide que seamos realistas. Hollywood es una fabrica de realismo. Y miren que trampa. Nos hicieron creer que era la fabrica de los sueños. Eso sí que es colonizar.

Martes 20 de marzo.  Rosana Pastor. Carmen Vals y Florencia Lorenzo, actrices de nuestro tiempo, me instan a clarificar la reflexión anterior. Digo que los actores se cosifican. Se compran y venden en nombre de la demanda. Su realismo es tanto existencial como artístico.  Es lo que pide el mercado. ¿Es idealismo mi conjetura? Es defensiva. Ese actor que construye y constituye es mucho más que un fetiche mediático. No se puede prever que pasara con el Arte del Actor, pero si tiene futuro solo lo tendrá adherido a los que lo sostienen desde el talento y la imaginación. No desde la respuesta coyuntural a lo que el sistema pide de ellos ni al amparo de lo que se instala como recién llegada postmodernidad al servicio de las nuevas tecnologías.

Miércoles 21 de marzo. Tenemos una idea del amor. Una construcción de otros. Pero como sería empezar a amar desde cero. Sin nada que nos diga, eso es amor. Como si uno tuviera una patata frita en la mano y mientras la mira va descubriendo que eso que le pasa mientras desea comérsela, es amor. El deseo no cotiza en bolsa. Es un saber que aparece.

Jueves 22 de marzo. Me voy a Buenos Aires. Camino sus calles con un cansancio diferente. Me alimenta. Aunque eso que aguardo, seguro que no existe. Vuelvo porque debo volver a cerciorarme que las viejas fantasías no se convierten en nuevas realidades.  Las llamadas siguen vigentes pero mi silencio debería ser cada vez más atronador.

Soy ante todo un optimista militante de la palabra que usa lo que escribe para intentar ser un buen maestro y un buen director. Poco más.

Entre el ser y la nada, hay algo.  Muchas gracias a Simone de Beauvoir.

 

 

5 comentarios

  1. Te escucho últimamente hablar en las clases del ritmo interno del actor y del ritmo externo…creo que no soy consciente de como sucede este ultimo respecto al anterior,…supongo que uno es consecuencia del otro o resultado…no se! Cada vez que pienso más en la técnica creo que se menos, como si se abriera una nueva galaxia por investigar. Ultima escena, quiero olvidar para volver a crear, necesito hacerlo!

  2. Este hombre dice lo que nadie le pregunta y sin embargo alguien lo debe eescuchar. ¿Porque escribe? ¿A quien le escribe?

  3. En el amor como en la ensayo:
    «Bailar primero, pensar después.» -Samuel Beckett
    Gracias por formar parte de mi camino, maestro.
    Vive Buenos Aires.

  4. Cuando todo lo has olvidado y te rompes, lo nuevo es vida y arte..Pero trancurrido un tiempo los recuerdos vuelven…..

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