Miércoles 13 de noviembre.  Aunque sea en la oscuridad palpar las páginas de un libro me tranquiliza. Ahora padezco ansiedad oral, escrita y lectora. Cada vez tengo síntomas mas reveladores de que voy madurando muy en serio.

Jueves 14 de noviembre. Cada vez recuerdo menos de lo que leo, pero mi deseo de leer no disminuye. Antes leía para recordar.  Ahora sigo leyendo, pero ya no me acuerdo para que leo.

No me quiere todo el mundo. Ni me rechaza todo el mundo. Para la mayor parte no existo.  Hago y digo cosas en mis clases y en mis libros que no entiende ni comparte una amplia mayoría de profesionales de la escena. Trato de ser justo y coherente entre lo que creo y lo que hago. A veces lo consigo. En una semana me voy a Rosario.

Viernes 15 de noviembre. Pamplona. Presentación de La Astucia del cuerpo. Todo atípico. Me dedique durante mas de hora y media a explorar episodios teñidos de interrogantes tan ciertos como juveniles convertidos ahora en certezas resignadas de mi actual cansancio.

Sábado 16 de noviembre. Hay un universo de palabras que son formulas mágicas. Es remoto por momentos, pero hay llaves.

Mas Pamplona. Tierra del Opus. La enésima batalla que doy para que crean en lo que contamos. No lo sé. Pero a lo mejor ha llegado el momento de dejar algunas cosas sin terminar. Lo digo en clase, Lo habito. Debo ser honesto.

Domingo 17 de noviembre. La gente de Existir en Pamplona. Una manera ajena al discreto encanto de lo tonto. Me gusta esa gente. Tienen teatro y nada de alharacas.

A veces en una clase magistral creo que tengo poder. Soy muy estúpido. Son solo palabras.

Lunes 18 de noviembre. Hay quienes invierten mucho tiempo en parecer pensativos y ajenos al mundo.

Máximo Gorki. “Un hombre sin un ideal ha nacido ciego”.

Martes 19 de noviembre. El genero humano esta añejo y gastado. A punto todos de dejar de creer que existe un mañana. Ni los mares ni los nietos. Ha triunfado por goleada el sálvese quien pueda. Por lo menos donde hay riqueza.

El Espejo de un hombre. Stephen Grimblat. La invención de lo humano. Harold Bloom. Siempre Goyo.  Deberías leerlos amigo del alma. Amigo.

Miércoles 20 de noviembre. Me llama Jorge Dubatti desde Francia. Me pide que yo sea Leonardo Favio. Porque no. Lo soy. Aunque sea mientras dicto una reflexión en un audio desesperado. Jorge lo convertirá en una mirada inquieta.

Tamada. Así se llama en Rusia a quien dirige los brindis. Alguien se ocupa de eso y parece ser que es la garantía del equilibrio en el exceso. Tamada. Brindo por ti.

Jueves 21 de noviembre. ¿Dónde se guarda la infancia? Cuando yo era Bocha y en Rosario aun me lo recuerdan. A lo mejor y solo por eso hago esta Seminario. Para saber que aun queda gente que me reconoce y me dice Bocha.

Carlos Cano. Canta a las Madres. “Que medio loca mamá te inventó” Sigo siendo un invento de mi madre. La de los regalos.

Viernes 22 de noviembre. En algún lugar alguien da una clase y yo tengo la suerte de ser un referente que inspira su tarea.

Ahora que aun estoy en mi casa, pero ya casi en Barajas, me pongo en pensar en la grieta. La argentina y la española.  No solo no me desagrada. Me gusta la grieta. Necesita de los otros. El pensamiento único excluye todo. La diferencia nos obliga a escuchar y acordar. Es lo que mas me interesa de la democracia y del teatro.

Hacer arte para la escena tiene que ser un ensayo en la frontera. Una parte de uno busca una sala para estrenar y la otra parte cabalga sobre el aire. La limitación es la virtud.

Estoy hablando de una actriz. De un actor. De un director. Un sujeto del arte que se sujeta a si mismo en territorios ambiguos. No tienen pasaporte.

El lunes 25 de noviembre en la Plataforma Lavardén quizás nos permitan ser una vez mas los dueños del manicomio. A eso voy.

 

 

9 comentarios

  1. Gracias Jorge por tus palabras. Supongo que si has captado eso de nuestra compañía algo de realidad habrá. Quizás por ello hemos conectado tanto con tu manera de entender el teatro. Y sigue dando la batalla Jorge. Ahí radica el SENTIDO

  2. Todo lo que se lee se recuerda de alguna manera porque te hace, te configura. De eso estoy segura. no me preocuparía. Tus palabras denotan rodaje, batalla, constancia… y algo de cansancio. Es inevitable oscilar entre el ímpetu y la resignación, siempre para volver al ímpetu. Sé que me entiendes. Muchos necesitamos de un teatro sin alharacas, de tus palabras, de tus enseñanzas. Prueba de ello es el crecimiento que estoy experimentando. Lo siento y lo sé. No dudes de ello si no es para volver con más fuerza. El teatro siempre en las fronteras; algunos vivimos en las fronteras y luchamos en ellas, sin pertenecer a nada ni a nadie; algunos decidimos adaptarnos sin renunciar a nuestros valores, ser libres y pagar el precio, que es bien alto. Pero la libertad… la capacidad de ser crítico… la honestidad y el valor… eso no tiene precio. El entregarse por completo a un personaje no tiene precio. Jorge: tú me enseñas y acompañas mis ganas de continuar.

  3. Se decide ser participe del viaje, por momentos se pasa por lo salvaje.

    En retornos uno medita para ver los hornos donde queda una vela por ser encendía de una antorcha de luz negra, ver donde desgarra ver donde sana.

    Se busca y en cada remada se suda la cercanía y si no es tarde llegará a amar la pedania, solo si se enfrenta a la verdad no televisiva.

    El cuerpo sabe, duele, se resiente, se manifiesta por ello llamadas de teléfono para tener mejor siesta.

    Elige sueño, crea la mecha.

  4. Sólo puedo dormir después de leer las palabras de alguien…En misa decían que «el verbo se convertiría en carne», la verdad es que me quita el hambre para después poder soñar…
    ¿Reminiscencias religiosas?

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